Dirección: Andrew Ahn.
Guión: Joel Kim Booster.
Actores: Joel Kim Booster (Noah), Bowen Yang (Howi), Margaret Cho (Erin), Conrad Ricamora (Will), James Scully (Charlie), Matt Rogers (Luke), Tomas Matos (Keegan), Torian Miller (Max), Nick Adams (Cooper), Zane Phillips (Dex), Michael Graceffa (Rhys), Aidan Wharton (Braden), Peter Smith (Moses) y Bradley Gibson (Johnny)
Estreno: 3 de junio de 2022 en Estados Unidos a través de la plataforma de streaming Hulu. En el resto del mundo se estrenó el mismo día a través de la plataforma Disney + en su marca Star en todos aquellos países en los que está disponible.
Sinopsis
Un grupo de amigos cuyos miembros son todas personas queer se embarcan en una escapada de fin de semana en Fire Island, donde esperan pasar unas jornadas de desenfreno. Allí conocerán a gente como Charlie, Will y Dex, que jugarán un papel en ese fin de semana que ninguno de los integrantes del grupo esperaba, sobre todo Noah, que lo único que quería es que su amigo Howie encontrara diversión en forma de sexo sin ningún tipo de compromiso, pero el surgimiento del amor es algo que no puede controlar, aunque le pese.
Critica (con ligeros spoilers) de Héctor Pitarch
Hasta ahora teníamos a Clueless (Fuera de Onda) como acierto absoluto y referente a la hora de llevar a la pantalla una adaptación moderna de una novela de Jane Austen. Aquella película logró trasladar Emma a la actualidad de los años 90 en un ambiente concreto. Quien escribe esta reseña opina que se ha conseguido lo mismo con Orgullo y Prejuicio en un entorno actual, queer y diverso. Joel Kim Buster, guionista que además interpreta al protagonista, consigue que todas las personas que hemos leído la novela identifiquemos de inmediato que efectivamente nos encontramos ante una adaptación del inmortal clásico de Austen.
La película empieza con la voz en off del protagonista diciendo aquello de “es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna necesita una buena esposa”, para a continuación decir que se trata de una tontería heterosexual… O eso cree él, porque lo que veremos a lo largo de la película dirá al protagonista lo contrario, o que al menos la gran ironía con la que Austen comienza su novela es extrapolable al mundo queer.
Lo que más me llamó la atención a primera vista es lo fácil que fue reconocer quién es quién en relación a Orgullo y Prejucio. Para entendernos, Noah es Lizzy, Will es Darcy, Howie es Jane, Charlie es Bingley, Luke es Lydia, Keegan es Mary, Max es Kitty, Erin es una fusión del matrimonio Bennet, Dex es Wickham y Cooper es Caroline. Incluso encontramos una suerte de Mr. Collins en forma de un personaje muy secundario que en un par de momentos de la cinta quiere ligar tanto con Noah como con Howie.
Aquí el mundo de la aristocracia con sus bailes y sus banquetes se traslada a esa parte del mundo queer relacionada con fiestas con sexo, drogas y cuerpos normativos, en el que no todos los personajes del grupo de amigos encaja. El baile en Meryton en el que Elizabeth y Darcy se conocen, se convierte en una fiesta en el “Netherfield” de la isla, que es la casa de vacaciones de Charlie. Enseguida notamos que nuestro “Darcy” particular encaja en este ambiente como un pulpo en un garaje, aunque se nos muestre cómo hace algún intento por encajar. Aquí se produce una escena similar a la que encontramos en Orgullo y Prejuicio, cuando Noah escucha cómo Will critica ante Charlie al grupo de amigos… Y ya sabemos lo que ocurre después.
Las situaciones que recuerdan a la novela se suceden hasta el desenlace final. Charlie se interesará por Howie, un hombre gay asiático lleno de complejos cuya atracción hacia el millonario le traerá bastantes disgustos antes del final feliz. Y por supuesto tenemos a todo el orgullo y el prejuicio por parte de Will y Noah.
No todas las tramas de la novela se adaptan en la película. Es imposible trasladar el mundo militar a este ambiente, así que lo que sería el arco argumental de Lydia y Wickham se convierte en uno en el que Dex graba un vídeo sexual con Luke sin consentimiento de este último (algo similar a lo que ocurre en The Lizzy Bennet Diaries). Tampoco está una figura identificable con Georgiana, ni con Lady Catherine. Son tramas que sencillamente tal y cómo está planteado el argumento no hay manera de extrapolarlas. Quizás sí que podríamos decir que el personaje de Cooper además de Caroline tiene también algo de lady Catherine, sobre todo por lo elitista (y mala persona) que es.
En cuanto a las interpretaciones, todos los participantes parecen estar a gusto en sus respectivos papeles y ninguno desentona. Por ejemplo, Conrad Ricamora nos ofrece un buen “Darcy” con esa postura de seriedad, la manera de mirar a la gente por encima del hombro como si estuviese cansado de todo y de todos, pero que sabemos que es pura fachada y que hay mucho más allá de la pose de estirado elitista que nos transmite. También cabe destacar al “Bingley” que nos ofrece James Scully, más que nada porque su interpretación me ha recordado mucho a la de Crispin Bonham-Carter en la miniserie de la BBC de 1995.
La película contiene escenas bastante explícitas de sexo y drogas que quizás no sean del gusto del todo el mundo, según el nivel de prejuicios y sensibilidad que se tenga. En un momento dado se puede interpretar que la cinta banaliza un tema tan serio como la relación del sexo con las drogas en cierto sector del mundo queer, pero en realidad incide en que hay mucho más allá de toda esa mezcla de desenfreno, cuerpos de gimnasio y liberación sexual a veces mal entendida. De hecho bajo la apariencia de comedia romántica desenfadada y aparentemente banal se trata abiertamente de temas como el racismo arraigado en la sociedad, el elitismo o los prejuicios que existen en el mundo queer contra las personas que no encajan en determinados cánones.
Quien escribe esta reseña es homosexual, así que me gustaría destacar el momento de representación que se está viviendo en el mundo audiovisual. Hace unos años hubiese sido imposible hablar de la existencia de una adaptación de Orgullo y Prejuicio en la que todas y cada una de las personas que han participado en ella son del colectivo LGBTIQ. Todo esto nos lleva a que si verdaderamente hay una verdad universalmente reconocida es que los sentimientos y las personalidades que tan bien reflejó Jane Austen en su gran clásico son capaces de atravesar y adaptarse a diferentes épocas y estar presentes en todas las nacionalidades, razas, sexos, géneros u orientaciones sexuales, porque precisamente son universales.
Gracias a Héctor Pitarch la crítica de este film, y también información sobre música e historia, que podéis leer abajo.
Historia
En noviembre del 2019 se anunció para la plataforma Quibi una serie romántica llamada Trip, creada, escrita y protagonizada por Joel Kim Booster. El proyecto recibió la luz verde definitiva en marzo del 2020. En abril de ese mismo año le dan el papel de co-protagonista a Bowen Yang, quien ya era amigo de Kim Booster, con el que había trabajado con anterioridad. La serie al final no pudo llevarse a cabo porque Quibi fue un fracaso estrepitoso y la plataforma cerró en Diciembre de 2020.
En junio de 2021 se anunció que Searchlight Pictures (división de la antigua FOX, que recordemos que ahora es de Disney), había comprado el guión, y que se convertiría en una película llamada Fire Island. Se contrató a Andrew Ahn para dirigir la película. Al mes siguiente Margaret Cho se unió al reparto. En agosto se unieron James Scully, Conrad Ricamora, Matt Rogers, Tomas Matos, Torian Miller y Nick Adams. Ese mismo mes se inició el rodaje, que tuvo lugar en Nueva York y la propia Fire Island y que concluyó a finales de septiembre.
Música
Existe una lista en Spotify con todos los temas que suenan a lo largo de la película.
Enlaces