La versión de su navegador no está debidamente actualizada. Le recomendamos actualizarla a la versión más reciente.

Es un artículo de Mari Carmen Romero Sánchez, escrito en Málaga, abril de 2008.

Originalmente publicado en inglés en Persuasions On-line V.28, Nº 2, al que se puede acceder pulsando aquí: http://www.jasna.org/persuasions/on-line/vol28no2/sanchez.htm

Nota: queda prohibida la copia total o parcial de este artículo sin el debido permiso. Este artículo es propiedad de la Jane Austen Society of North America y para su reproducción, de cualquier tipo, se debe pedir permiso a la misma. Aquí se reproduce su traducción al castellano con su permiso.

Se muestra el comienzo del mismo. Se puede descargar por completo aquí.

  

APARTE DE UN PAR DE VERSIONES INDIAS, hemos crecido acostumbrados a ver adaptaciones de novelas de Jane Austen que vienen de países cuya lengua es el inglés. Este no ha sido siempre el caso. Las adaptaciones televisivas en otros idiomas tienen origen desde mediados del siglo XX. España no fue una excepción: Jane Austen fue adaptada cuatro veces desde 1966 a 1972, incluyendo la primera adaptación de La Abadía de Northanger en el mundo. Este ensayo describirá estas cintas, así como el modo en que los libros de Jane Austen han sido característicamente traducidos y transpuestos en España y otros países hispanohablantes. 

Visiones de Austen en la España del siglo XIX

Las novelas de Jane Austen no fueron traducidas con facilidad al español, tanto en en España como en otros países hispanohablantes del mundo. Las traducciones en otros idiomas como el francés datan de comienzos del siglo XIX (Moreno 171), pero no hubo ninguna en castellano. A medida que progresaba el siglo XIX, hubo muchas novelas francesas e inglesas traducidas al castellano (Pajares 345). Las ediciones en español de novelas inglesas tenían un doble filtro: eran traducciones de traducciones francesas, adaptadas de nuevo para encajar en los gustos españoles. Por lo tanto, tenemos una doble modificación: el cambio del original ingles al gusto francés, y de ahí, de nuevo, al español, con las imposiciones adicionales de la censura y exigencias sociales. Además, los lectores franceses y españoles del momento preferían historias sencillas, sin los conceptos morales ingleses o las tramas adicionales habituales en las novelas inglesas: los libros como Tom Jones fueron editados para ser breves y tener una moral correcta según las creencias y pensamientos españoles y franceses (Pajares 346). Es probable, entonces, que Austen no fuera traducida desde el francés o al castellano por su irónico punto de vista; quizá su ironía oscureció la perspectiva moral deseada (pero no entendida) por los editores españoles de entonces.

Pequeños círculos de lectores españoles del siglo XIX conocían el trabajo de Austen. A mediados del siglo XIX, el novelista Alcalá Galiano hizo hincapié en que el publico español debería conocer la literatura inglesa, al encontrar una gran conexión en la poesía y el teatro (García Barrón 158). Consideraba la lectura de los trabajos de Austen una lectura "segura": “Cuyas obrillas son muy morales sin ser fuera del todo, ni de modo alguno pedante” (citado en Moreno 174). Encontramos otra referencia positiva a Austen en Principios generales de literatura e historia de la literatura española de Manuel de la Revilla y Pedro de Alcántara Garcia . Aquí, en una discusión sobre la sátira, Austen no sobresale, pero es incluida entre los más distinguidos escritores:

“Más rica en producciones de este género la literatura inglesa, ofrece gran número de obras satíricas notables, en prosa y en verso. Swift (1667-1745), Sterne (1713-1768), Lord Byron, Moore, Austin[sic], son los más distinguidos satíricos de Inglaterra. Pero la forma que habitualmente toma allí la Sátira, es la novela” (Revilla y Alcántara, Lección LIII).

Una de las más grandes escritoras españolas del siglo XIX, Emilia Pardon Bazán, también tenía una opinión acerca de la escritora inglesa. En La Cuestión Palpitante, una obra acerca del naturalismo admirada por Zola, Bazán escribió un ensayo sobre la difusión de ideas literarias modernas en España.1 Aquí, habla de Austen dentro del contexto de las escritoras:

“Comenzaban las mujeres a conquistar el territorio que hoy señorean, y se leían con afán los Cuentos Morales de miss Edgeworth, y sonaban los nombres de miss Mary Russell Milford, miss Austen, mistress Opie, lady Morgan, mistress Shelly” (Pardo Bazán, Cap. 17 “En Inglaterra”).

Hablando de George Eliot en un apéndice a este texto, Pardon Bazán también comentaba acerca de la influencia de ser la hija de un clérigo y las lecciones didácticas que estas mujeres incluían en sus libros:

Pues fijémonos sólo en las novelistas más conocidas, y resulta que deben el ser a ministros, rectores y vicarios, Jane Austen, Jorge Elliot, Frances Trollope (tronco de la numerosa y célebre familia novelista Trollope), las tres nombradísimas Currer, Ellis y Acton Bell, Eliza Linn Linton Elizabeth Gaskell (hija de un reverendo y mujer de otro, por más señas). . . . Mas no por eso es menos cierto lo que digo del carácter predicador que aquellas diaconisas imprimen a las letras (Pardo Bazán, Apéndice:“Respuesta a la epístola del señor marqués de premio-real”).

Las Novelas de Austen traducidas

No fue hasta comienzos del siglo XX que hubo traducciones al castellano de las novelas de Jane Austen. Los lectores españoles tuvieron que esperar hasta que la casa editorial Calpé incluyera a Jane Austen en su colección de Clásicos Universales, junto a Tolstoi y Shakespeare. Primero vino Persuasión en 1919, una elección arriesgada debido a su dificultad de traducción (Crespo Allué, La problemática 450). Orgullo y Prejuicio y La Abadía de Northanger también fueron 

 publicadas, y Jane Austen descrita como sigue:

“De una profunda psicología, Jane Austen cala las almas y las expone con una sencillez y una ausencia total de aparatos técnicos que hacen de sus novelas narraciones perfectas, de penetrante y suave emoción” (Orgullo y Prejuicio, Calpé introducción).

Esta descripción sugiere que Jane Austen era considerara una escritora psicológica que escribía sobre la sociedad inglesa y sus personajes.

Tras el primer intento de introducir a Jane Austen al mundo literario español, no hubo más ediciones hasta después de la Guerra Civl Española, durante los años 40. En esta década, las novelas completas son traducidas con títulos bastante literales como Persuasión, La Abadía de Northanger, Emma, Orgullo y Prejuicio, Cordura y Sensibilidad, y El Parque Mansfield.

También encontramos versiones de Jane Austen en castellano en América Latina, con ediciones en Argentina apareciendo en los años 40 y 50.

Para leer el resto, descargar aquí.

Directiva de cookies

Este sitio utiliza cookies para el almacenamiento de información en su equipo.

¿Lo acepta?